Tras tres intensivas semanas, cerramos
la primera ronda de Arquitectura en la Escuela, una toma de contacto durante la
cual hemos conocido a nuestros más de 700 alumnos, desde los minis de dos y
tres años, a los adolescentes de dieciséis. Bajo nuestro punto de vista
(situado enfrente de una treintena de pares de ojos expectantes), ha sido un
buen comienzo: ciudades cubistas, magia matemática, controversias artísticas y,
sobretodo, una naciente curiosidad por descubrir qué encierra “eso tan raro”
del medio ambiente construido.
Cuando les preguntamos, nada más
llegar, si se creen con derecho a opinar y ser escuchados en materia de
desarrollo urbano, la respuesta es casi unánime (*): “Noooo ¡Pero si solo somos
niños!”. Asumen (porque así les acostumbramos) que en la ciudad son los mayores
quienes eligen, quienes deciden y quienes dan las pautas de cómo tienen que ser
las cosas. Pero, “¿y si os diéramos la oportunidad de diseñar el patio del
colegio?” “¡Ah!, ¡entonces habría un lago, y una montaña de arena, y un
laberinto, y cuerdas de esas para trepar!”.
Paradojas de la vida, encontramos
nuestro mayor reto en los alumnos más minúsculos. Pero los alumnos de infantil
(3-6) lo tienen muy claro: lo importante en los edificios es que haya ventanas
por donde entre el sol, el agua, el aire y algunos bichos, que tengan un tapón
para que no nos mojemos en días lluviosos y, sobretodo, que estén pintados de
colores. Luego, entre círculos, cuadrados, rombos y triángulos, descubrimos que
la arquitectura esconde un sinfín de figuras geométricas. Igual que de entre
estos pequeños Arquitectives asoma algún Paul Klee en potencia.
Sesión "Formas geométricas básicas". EI 4-5 años
Ya en primaria, nos centramos en
las calles y en los barrios, espacios de relación que –coincidimos- deben diseñarse
pensando en el ciudadano, en sus necesidades y en su accesibilidad. Lugares en
los que quieren sentirse seguros y cómodos, donde debe haber árboles, bancos… Y
“tres señores en calzoncillos, para que hagan gracia”. Es entonces cuando
caemos en cuenta de que en las ciudades sobran coches, que son el motivo de que
sus padres no les dejen salir a jugar solos a la calle. “Pero esos coches… ¡los
conducen los padres!”. Momentos de reflexión y caras de asombro.
Sesión "Mi calle". 2º EP
La inmersión en la historia de
las urbes nos lleva a Grecia, a la época Imperial, al romanticismo del
Renacimiento y a las laberínticas estructuras islámicas. Durante este viaje
relámpago, descubrimos cómo la cultura y la organización social de los diferentes
pueblos influye en las agrupaciones urbanas: el por qué de los patios en las
viviendas musulmanas, del enaltecimiento de los templos griegos o de la
robustez de las murallas medievales. Todo ello nos lleva hasta el momento crucial
en que todo cambia, cuando el vapor y la
producción en cadena hacen que los abecedarios clásicos ya no sean aplicables y
que artistas emergentes como Malevich, Tatlin o Picasso plasmen tal revolución
en sus representaciones vanguardistas. “¡Eso lo pinta cualquiera!... Pero,
claro, en aquella época… Claro, entonces debió ser algo revolucionario”.
Así pues, el primer mes de
Arquitectura en la escuela, con casi una treintena de sesiones impartidas, nos
deja buen sabor de boca. Un regusto agradable a ciudad, a historia, a luces y a
sombras. A composición, a proporciones, a arte y miradas de entusiasmo
preguntando cuándo volveremos al aula. Y cuando volvamos, formularemos de nuevo
la pregunta del principio, esperando, de nuevo, una respuesta unánime (*): “Siiiií
¡porque somos niños!”
Sesión "Escalas y proporciones". 4º EP
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